Coalición global que incluye a VientoSur lanza una “Hoja de ruta” de la responsabilidad legal dirigida a los gobiernos para lograr que los Grandes Contaminadores Paguen
El pasado 15 de septiembre, una coalición global presentó una “Hoja de ruta de la responsabilidad legal”: la primera herramienta de su tipo, que esboza de qué manera los entes decisores –y los oficiales de gobierno—pueden hacer que las empresas contaminantes asuman su responsabilidad legal por el daño climático que, como es bien sabido, han provocado. En ella también se proponen estrategias para simplificar los procedimientos mediante los cuales se obtiene el financiamiento necesario para abordar la crisis climática e implementar soluciones.
Esta hoja de ruta, liberada apenas una semana antes de La Semana del Clima que celebra las Naciones Unidas por su falta de acción en el cambio climático] constituye la siguiente etapa de la campaña global para Hacer que los Grandes Contaminadores Paguen.
En septiembre pasado, distintas organizaciones internacionales que trabajan por el clima lanzaron un llamado global para promover la responsabilidad legal que deben asumir los Grandes Contaminadores. Esto tuvo lugar en la Cumbre sobre la Acción Climática del Secretario General de las Naciones Unidas con sede en Nueva York. Además, en la COP25 realizada en Madrid, las demandas de cientos de miles de personas para hacer que los Grandes Contaminadores paguen fueron entregadas a los delegados gubernamentales. Los firmantes y organizadores que se han sumado a este llamado provienen de alrededor de 70 países, incluyendo a Bolivia, Filipinas y Nigeria.
La responsabilidad legal ha adquirido otros matices en medio de la pandemia provocada por la COVID-19 y los desastres climáticos sin precedente. Muchos de los Grandes Contaminadores son, en gran parte, responsables de las multifacéticas crisis que estamos enfrentando y aun así, persisten en que ésta se agudice–al demandar rescates gubernamentales y desplegar esquemas de relaciones públicas que pretenden posicionarlos como la solución y no como el problema.
Que las industrias contaminantes, como la de combustibles fósiles y otras, se hagan responsables legalmente es una creciente área de interés entre los expertos en el clima, los activistas, los académicos y los gobiernos; el interés crece más en cuanto se dimensiona la larga historia de negación y el vínculo entre sus emisiones y los impactos que estas han tenido en el clima. Desde los Estados Unidos hasta Vanuatu y Perú, diversas personas y los oficiales que han elegido están explorando mediante qué estrategias lograr que los contaminadores, como la industria de combustibles fósiles, asuman la responsabilidad legal que les corresponde por su larga historia de engaños y destrucción medioambiental.
Por ejemplo, la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas ha concluido que la industria de combustibles fósiles debe asumir la responsabilidad jurídica por su incidencia en el cambio climático. A principios de este año, se detuvo con éxito la expansión del aeropuerto de Heathrow, después de que la sociedad civil argumentara que este acto constituía una violación del gobierno del Reino Unido a los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París. En 2019, algunos pescadores indios desafiaron a la Corporación Financiera Internacional (CFI) y obtuvieron una sentencia que sentó un precedente en la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos.
En Perú, un granjero demandó a una empresa alemana por provocar una crisis medioambiental en el lugar donde habita. Y, en los Estados Unidos, este año una corte federal falló en contra del procedimiento interpuesto por la industria de combustibles fósiles. Esto podría no sólo propiciar que más Estados y ciudades busquen que las empresas se asuman como responsables, sino que, incluso, podría representar una oportunidad para que se retomen casos que ya habían sido desestimados, a nivel federal, en los Estados Unidos.
Citas de los socios de Hacer que los Grandes Contaminadores Paguen:
“La evidencia científica es clara, la prevalencia de la agroindustria es una de las principales razones del cambio climático y la eco-destrucción. Además, ésta depende, en gran medida, de los combustibles fósiles, el extractivismo, los agroquímicos, la deforestación, y el cambio en el uso del suelo. Y lo más importante, estas industrias dañinas impiden el gozo pleno de los derechos humanos –particularmente el derecho a tener una alimentación y nutrición adecuadas. Los grandes contaminadores tienen que asumir la responsabilidad jurídica por su “sucia” agroindustria con el fin de restaurar los servicios esenciales del ecosistema, sanar el planeta y proteger los derechos de las generaciones presentes y futuras.” – Astrud Beringer, FIAN International.
“Las Soluciones Basadas en la Naturaleza, la Energía neta cero (Net Zero) y las compensaciones son sólo una fachada. En realidad, estas propuestas representan indicadores claros de que las industrias contaminantes están determinadas a seguir evadiendo la obligación inmediata que tienen de reducir las emisiones. La nueva normalidad está asediada por rescates económicos masivos solicitados por la industria de combustibles fósiles y la industria de la aviación; además, la agroindustria sobrevive, felizmente, con subsidios perversos. Todo esto niega el hecho de que estas industrias son responsables jurídicamente por la crisis climática, el aumento de las emisiones de GEI, la deforestación, la destrucción medioambiental y la seguridad alimentaria de billones.
Un movimiento global, que surja desde la sociedad civil para demandar que las empresas deshonestas y los gobiernos que niegan la crisis climática asuman su responsabilidad jurídica, sería el camino a seguir para las personas que continúan en la lucha en pro de la justicia climática; al mismo tiempo que se promueven, reconocen y respetan la equidad, la igualdad de género y los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales, los campesinos, los pescadores y los trabajadores.” – Souparna Lahiri, asesor y activista climático, Coalición Mundial por los Bosques
“When big polluters pollute big they not only exacerbate catastrophic climate change, the commit crimes. Arson and murder are crimes. Not only do indigenous communities directly suffer direct, more frequent and more destructive climate events with the pollution of fossil fuel energy, the production, infrastructure and refining of fossil fuel kill people and subject them to chronic debilitating illnesses and destroy our biodiversity, food security and ways of life. As local jurisdictions are usually responsible for prosecuting crime, they should be encouraged to go after these killers of all forms of life.” – Tom Goldtooth, Indigenous Environmental network.
“La Hoja de ruta de responsabilidad jurídica es más que demandas y tribunales. Se trata de hacer que los Grandes Contaminadores paguen por los daños que han causado al agravar la crisis climática; además de obligarlos a que no cometan más abusos. La Hoja de Ruta sirve para hacer que los Grandes Contaminadores paguen por causar décadas de sufrimiento y destrucción a comunidades que se encuentran en la primera línea de la crisis climática alrededor del mundo, pues el final de estos agravios la justicia no parece encontrarse cerca. Este instrumento nos llevará por un camino en el que los Grandes Contaminadores sean forzados a poner el bienestar de las personas, y de la Tierra y sus ecosistemas, muy por encima de la expansión, la extracción y la obtención de beneficios”. – Sriram Madhusoodanan, Director de la campaña climática en Estados Unidos, Corporate Accountability
“El lanzamiento de la Hoja de ruta de la responsabilidad jurídica es oportuno. Representa una posibilidad que los gobiernos africanos deben aprovechar para lograr, finalmente, que las industrias contaminantes asuman su responsabilidad por los abusos que han cometido en contra de los derechos humanos y del medioambiente tanto en comunidades africanas como en el mundo entero”. Akinbode Oluwafemi, Director Ejecutivo- Corporate Accountability y Participación Pública de África (CAPPA)
“Los grandes contaminadores han devastado, durante mucho tiempo, el clima, los ecosistemas, las vidas y los medios de subsistencia. Se las ingenian para abdicar cualquier responsabilidad, y sólo se benefician del daño que han ocasionado; el cual recae, desproporcionadamente en las comunidades del Sur Global, los pueblos indígenas, las personas de color, las mujeres, los trabajadores, los granjeros, los campesinos y las comunidades de bajos ingresos. La Hoja de ruta de responsabilidad legal es una herramienta que podemos utilizar para hacer un llamado a que estas empresas asuman su responsabilidad jurídica por su papel en la agudización de la crisis climática, y hacerlos pagar. Y no sólo eso, en ella se establecen los principios de un cambio sistémico mediante la reducción del poder corporativo y la consecución de los recursos que se necesitan para una muy necesaria y justa transformación”. – Sara Shaw, Coordinadora del Programa para la Justicia Climática y la Energía, Amigos de la Tierra Internacional
“El poder corporativo no conoce límites, desde capturar las políticas públicas a nivel nacional, influenciar y entorpecer las negociaciones multilaterales del clima a impulsar falsas soluciones que además de exacerbar la crisis climática, incrementan únicamente sus riquezas. La avaricia de unos pocos está condenando al resto del mundo a una catástrofe ambiental, social y económica. Muchos ya han muerto a causa de este modelo económico que despoja, destruye y mata. Tenemos que crear vías de movilización y esperanza para cambiar la balanza a favor de los pueblos más vulnerables. La Hoja de responsabilidad jurídica es una valiosa herramienta que pretende ser un aporte para que los Estados respondan a los pueblos, no al interés corporativo.” – Martin Vilela, Responsable de Área, justicia climática e incidencia internacional. Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático
Las personas que se encuentran en la primera línea de la crisis sanitaria, alimenticia y económica son las mismas que se encuentran en la primera línea de la crisis climática. Las corporaciones transnacionales se han beneficiado de un sistema fallido, basado en la violencia estructural y los daños que perpetran en las comunidades negras, indígenas, campesinas, a las mujeres, y en las comunidades locales. Estos sistemas de opresión sólo benefician a las corporaciones y a las élites del mundo. Pero no hay un planeta B. Así como las personas alzan la voz para manifestarse en contra del racismo y la opresión, así debemos protestar en contra de los Grandes Contaminadores que están destruyendo nuestras vidas, nuestro presente, nuestro futuro. Esta herramienta nos permitirá dar un paso más hacia nuestra meta: lograr que los Grandes Contaminadores Paguen y, también, hacia la justicia”. – Nathalie Rengifo Alvarez, Directora de la Campaña Climática para Latinoamérica, Corporate Accountability.
“The climate emergency and now the Covid-19 crisis are pushing developing countries further into poverty and debt. It’s time for the polluting industries and rich countries most responsible for climate change to pay for the damage they’ve caused. They’re liable for the lives and livelihoods being devastated by climate disasters and pollution.
We’re supporting communities in South Asia hit by two cyclones this year, while battling a pandemic, and local activists fighting for justice against dirty extractives companies in Zambia and Niger Delta.
This is an opportunity to build back better and protect all our futures by investing in green economies. Covid-19 must not be used as a cover for polluters and governments to continue their disastrous path towards catastrophic global warming.” – Harjeet Singh, Global Lead on climate change for ActionAid
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